Villa Widmann

El complejo edilicio de la Villa, junto con la “barchessa” y el oratorio, fue construido a finales del siglo XVIII por la familia Sceriman, nobles comerciantes de origen persa , en un lugar que se llama aún hoy “la Riscossa”. Los Sceriman habían comprado el terreno de la familia Donà a finales del siglo XVII: dos antiguos edificios que existían cerca de la villa tenían en efecto el escudo de armas de la familia Donà.

En la “finca” de la Riscossa en 1719, ya habían sido completadas la construcción de la Villa, edificio sencillo de forma cúbica, y la edificación del gran edificio agrícola con los soportales y la pequeña iglesia a su lado. La fecha la encontramos sobre la puerta de entrada al salón de fiestas de la Villa.

Se piensa que el arquitecto fue Andrea Tirali, porque el estilo de estas construcciones se parece al de unas obras del mismo arquitecto en Venecia.
Después del atento análisis de unas piedras más antiguas encontradas en las estructuras del edificio agrícola, se piensa que los nuevos edificios han sido construidos sobre los restos de edificios precedentes derribados.

Probablemente la construcción precedente debía ser una antigua propiedad de la familia Moro, dado que en el patio interno de la “barchessa” hay un relieve con el escudo de armas de esa noble familia.

En la estampa de Costa “Vista del palacio del Señor Conde Seriman ” se nota el edificio de los Señores a la izquierda en la esquina formada por el encuentro entre el Pionca y el Brenta, mientras que a la derecha hay el edificio agrícola con sus amplios soportales en los dos lados de la construcción. A la derecha de éste, un poco alejada, la pequeña iglesia.

El cuerpo de la Villa tiene planta cuadrada. En la planta baja hay un zaguán en estilo clásico desde el cual se entra en el salón principal, al lado del cual hay cuatro habitaciones.

Después de la mitad del siglo XVIII la Villa pasó a los Widmann, que realizaron una modernización de la casa, según el estilo rococó francés y alargaron la “barchessa” juntándola con la iglesia.
Los trabajos llevados a cabo fueron: el peralte de la parte central del edificio, la coronación del edificio con un tímpano curvilíneo, la abertura de unas ventanas y la modificación de las ya existentes según la moda rococó.

En el salón central se quitó el forjado para darle a la habitación una mayor elevación y en el segundo piso se realizaron unos dormitorios. Todas las habitaciones fueron decoradas con estucos preciosos y coloreados.

Al oratorio se le añadió una nueva sala, dividida de la iglesia por una grada; sin duda esta sala se utilizaba para las confesiones de las mujeres.

Entre los numerosos huéspedes famosos de la Villa hubo también el famoso comediógrafo veneciano Carlo Goldoni, amigo de Ludovico Widmann, que se quedó durante mucho tiempo en la gran Villa de los Widmann en Bagnoli, como cuenta en sus “Memoires”; el Cardinal Sarto, Patriarca de Venecia; los músicos Malipiero, Igor Stravinski, el poeta dialectal Pasto y distintas veces Gabriele D’Annunzio, amigo del Conde Pietro Foscari.

Desde 1984 la Villa es de propiedad de la Provincia de Venecia.

El Jardín

Al norte de la Villa se  extiende un parque lleno de árboles, matas y flores. El verde de los pinos hace resaltar las numerosas estatuas en piedra. Se trata de ninfeas, amorcillos con flechas: mutas presencias que evocan el fabuloso mundo clásico. Maravillosos tilos flanquean los viales. En el lado derecho, más allá del edificio agrícola, se abre un gran espacio delimitado por los invernaderos en el que, en los años Setenta, fue construida una piscina. Del mismo periodo la creación del lago, la fuente monumental y nuevos viales.

El Salón de Fiestas

Pocos peldaños llevan al zaguán abierto, sustentado por cuatro elegantes columnas que introducen en la riqueza del Salón de fiestas pintado al fresco alrededor de 1765 por Giuseppe Angeli.

Sus dimensiones son bastante pequeñas, pero el Salón de fiestas de Villa Widman presenta una gran riqueza de decoraciones que no tienen iguales en toda la zona a orillas del río Brenta.

Todo pintado al fresco con escenas de carácter mitológico y suntuosas volutas rococó y franjas policromas, la característica del salón es la balaustrada que corre a lo largo de las cuatro paredes. En las esquinas, cuatro zonas acogían los cantantes durante las fiestas. Muy interesante: “El rapto de Helena” de Giuseppe Angeli: el joven Paris levanta con arrojo Helena mientras va hacia el barco listo para zarpar, dos marineros tiran la amarra, mientras otros preparan las velas…

La composición es muy articulada, al interior de un esquema geométrico piramidal, el dibujo exacto subraya la dinamicidad de la escena. En la pared de enfrente G. Angeli pintó “El sacrificio de Ifigenia”, pintura impostada en las diagonales, con los personajes casi parados en sus movimientos, esperando el mando de la diosa; Ifigenia, pintada con colores muy luminosos, está en el centro, lista para el sacrificio, mientras desde el fondo está llegando la cierva que va a sustituir la victima.

En el techo dentro de un cielo luminoso, el tema de la gloria, de la vida que sonríe a los Widmann. En el fresco “Diana con amorcillos” atribuido a G. Angeli, la diosa baja del carro parado en las blancas nubes, rodeado por simpáticos amorcillos. Abajo dos amorcillos levantan en vuelo un gran jarrón lleno de flores.


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